La Patata

La patata, su historia, variedades y tipos de cortes

 

Orígenes

La patata (cruce en España de los nombres en lengua quechua papa y batata), también llamada generalmente papa, es una de las hortalizas más apreciadas y cultivadas en todo el mundo.Nace espontáneamente en la región de los Andes, de donde fue traída a Europa tras el descubrimiento de las tierras del Nuevo Mundo por los conquistadores europeo

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Se trata de una planta herbácea anual, de tallo ramoso de hasta un metro de altura, hojas partidas, con flores entre blancas y moradas dispuestas en corimbos terminales. El fruto es una baya amarillenta y carnosa del tamaño de una cereza que contiene muchas semillas blanquecinas, pero que no se utilizan para la multiplicación.

Los rizomas llevan en sus extremos unos tubérculos muy nutritivos (la parte que realmente se consume) carnosos, redondeados, con gran contenido en fécula, hidratos de carbono y vitamina C, de color pardo o rojizo por fuera y blanco o amarillo por dentro según la variedad. Además de un alimento muy popular, también es muy útil en la industria para la fabricación de alcoholes y adhesivos.

La patata o papa, que como se dijo es de origen andino (era cultivada en las zonas templadas de América por los incas), fue introducida en Europa en el siglo XVI. Los exploradores españoles la llevaron a España después del descubrimiento, y pronto desbancó casi por completo al consumo del nabo, cuyo tubérculo suplía a la patata en todos los platos de los que ésta era ingrediente. (Índice)

Antecedentes históricos
El éxito de la patata en Europa merece un breve repaso a sus antecedentes históricos:
La patata o papa, que como se dijo es de origen andino (era cultivada en las zonas templadas de América por los incas), fue introducida en Europa en el siglo XVI. Los exploradores españoles la llevaron a España después del descubrimiento, y pronto desbancó casi por completo al consumo del nabo, cuyo tubérculo suplía a la patata en todos los platos de los que ésta era ingrediente.

Los españoles también la llevaron a Italia y Borgoña a partir de 1560. Al resto de Europa llegó paulatinamente y por medio de diferentes personas, que la introdujeron al principio con más o menos éxito por tratarse de un producto exótico, y por tanto desconocido para los nuevos consumidores, aunque finalmente fue gozando de aceptación hasta convertirse en un ingrediente casi imprescindible para numerosos platos.

Así, en 1565 llegó a Irlanda, probablemente de la mano de Drake, pero apenas obtuvo aceptación, hasta que en 1610 fue reintroducida por Sir Walter Raleigh; en 1663 ya era fomentado su cultivo por la Royal Society de ese país. En otros países europeos siguió un proceso similar: en 1588 Clusius ya la cultivó en Alemania, y a partir de 1716 era conocida y cultivada en variadas poblaciones (Bamberg, Baden, Bayreuth, Sajonia, Leipzig, etc.).Antoine Parmentier

Los Reyes de Francia ya consumían la patata en 1616, y con posterioridad el gastrónomo Antoine Parmentier la propagó definitivamente entre los agricultores, dándole además gran protagonismo en todos sus banquetes.

En 1770 la patata se cultiva ámpliamente en Hungría y Bohemia, propagándose rápidamente a Rusia, Suecia, Grecia, etc. Por su parte, los diferentes países conquistadores, especialmente Inglaterra, introdujeron la patata en su colonias de África, Asia y Oceanía. A principios del siglo XVIII se introdujo en Estados Unidos y Canadá. Finalmente, en el siglo XIX la patata ya era una hortaliza cosmopolita y básica en la alimentación humana, además de materia prima en la industria para la fabricación de determinados productos. (Índice)

Variedades y su uso en la cocina

En España se cultivan hasta unas ciento cincuenta variedades, cada una de las cuales con propiedades que las diferencian en cuanto a la adaptación a climas y a suelos: las hay más precoces y más tardías; varía el color de su piel y el de su carne y su composición – en cuanto a contenido en fécula principalmente –, motivo por el cual es importante diferenciar las variedades que son más aptas para cada preparación culinaria y su estacionalidad, para conocer las variedades que en cada momento del año nos aportarán sus mejores cualidades gustativas.

(Imagen propiedad de Irmáns Picaño

Variedad Patatas

Se deben escoger sanas y consistentes, sin zonas verdes, puntos germinados o grandes deformaciones.

Por el color de la piel, pueden ser amarillas, rojas o blancas.

El mercado clasifica las patatas por su ciclo de cultivo en:

  • “Extra tempranas” o “Precoces”.- Se recogen entre el 15 de enero y el 15 de abril.
  • “Tempranas”.- Entre el 15 de abril y el 15 de junio.
  • “De estación” o “Semitardías”.- Entre el 15 de junio y el 15 de septiembre.
  • “Tardías”.- Se recogen hasta el 15 de enero.

La patata temprana se produce sobre todo en provincias costeras, principalmente del Mediterráneo (Málaga, Valencia, Murcia, Barcelona y Cádiz), a las que se une Sevilla y, al final del periodo, empiezan a recolectarse en A Coruña, en donde se obtiene un excelente tubérculo. Las variedades más frecuentes son Spunta yMonalisa.

Tortilla de patata
Tortilla de patata

La producción aumenta a mitad del año con las denominadas patatas de estación, momento en el que a las producciones costeras se agregan las de provincias del interior, en algunos casos con producciones importantes, como sucede en Segovia, Toledo, Burgos, León, Lugo, Orense, Álava y La Rioja y, en menor proporción, en casi todas las provincias españolas. Kennebeck, Jaerla, Red Pontiac y Desirée son las más cultivadas en esta época, aunque las nuevas variedades irrumpen cada vez con mayor fuerza. Su ciclo es más largo – unos treinta días – que el de las tempranas

Las tardías se cultivan en las mismas provincias, a veces en zonas más templadas, y las variedades son prácticamente las mismas, aunque la diferencia fundamental consiste en que su ciclo se prolonga aproximadamente un mes más que el de las anteriores. Se conservan muy bien y, si se almacenan correctamente, pueden durar hasta la primavera.

Como cada patata tiene unas características en lo que se refiere a composición en fécula y en humedad, cada una tiene unas aplicaciones específicas. Por este motivo, las más compactas son ideales para freír, al quedar duras y crujientes por fuera pero blandas por dentro. Es siempre recomendable dejarlas en remojo unos minutos para que pierdan parte de su almidón. Se recomiendan las siguientes variedades: Baraka, Spunta, Agria y Caesar.

Para asar al horno, en patatas “panaderas”, “a lo pobre”, para acompañar a asados o consumirlas directamente, acompañadas de una salsa o simplemente de sal y pimienta son excelentes las variedades harinosas, que pierden su textura y quedan blandas, pero sin deshacerse. Para este uso culinario se recomiendan la Kennebec y la Spunta.

Para asarlas a la brasa es conveniente lavar las patatas, pincharlas en varios sitios y, a continuación, envolverlas en papel metalizado antes de introducirlas en el rescoldo, que no debe estar demasiado “vivo”.

Patatas a la Riojana
Patatas a la Riojana

El comportamiento de la patata en el guiso es fundamental para la calidad del producto final. Por eso, generalmente es conveniente que suelten una determinada cantidad de fécula, para engordar el guiso, pero que no se deshagan. Para la consecución de este resultado será de fundamental importancia la forma de cortarlas, que deberá hacerse mediante una incisión y un posterior “tronzado”, para que la superficie de la fracción cortada suelte almidón. Es el caso de las “patatas a la riojana”, que alcanzan su punto óptimo cuando se dan estas circunstancias.

En algunos casos puede ser preferible que las patatas se deshagan, formando un puré espeso, como sucede en le caso de las “patatas revolconas” avileñas. A menudo este efecto se consigue prolongando la cocción. Están indicadas para este fin las variedades Monalisa, Desirée y Kennebec.

Si se van a cocer es preferible elegir patatas firmes, que no se rompan en la cazuela, lo que es especialmente importante si luego se van a utilizar como guarniciones o en ensaladas. Es muy importante, si se cuecen solas, dejarlas con la piel para que conserven todo su sabor y sus componentes nutricionales, añadiéndoles una buena dosis de sal, que ayuda a mantenerlas íntegras. Se recomiendan para cocción la Spunta, la Kennebec (sobre todo para preparar los “cachelos”) y la Baraka.

Patatas al ajopollo
Patatas al ajopollo

Para la preparación de las “patatas arrugadas” es muy conveniente recurrir a las variedades canarias “negra” y “bonita”, que todavía son mejores si son de recolección temprana.

La utilización de la patata en la cocina española, como se observa, es muy amplia y está presente en especialidades de todas las Comunidades Autónomas.

Es frecuente su utilización cocida en los “cachelos” de Galicia; acompañando a platos de carne como el “lacón con grelos*”; junto a pescados como, por ejemplo, las sardinas a la plancha, el rodaballo al horno o el pulpo “a feira”.

Es componente habitual, aunque no obligado, en la mayoría de los cocidos y en sus diferentes versiones: las ollas cántabras, el cocido madrileño, el perol cordobés, la berza gaditana, el cocido extremeño, el manchego, etc.

Su utilización en ensaladas es muy frecuente, ya que armoniza muy bien con casi todos los ingredientes vegetales, los productos cárnicos o pesqueros y con los huevos.

Es obligada en la “ensaladilla rusa”, en algunos platos regionales como las patatas “a la riojana”, las “revolconas”, la tortilla de patatas, etc.

Frita es un magnífico acompañante de carnes, pescados y huevos fritos, y en puré es una apreciada guarnición.

Su textura facilita que se absorban los sabores y aromas de todos los productos que se cocinan con ella, lo que permite la degustación de todos los componentes del plato (Índice)

Propiedades nutricionales de la patata

La patata es un alimento rico en hidratos de carbono, de gran importancia en nuestra alimentación cotidiana, por lo que los expertos en nutrición recomiendan su consumo a diario, junto con verduras, ensaladas, legumbres, purés, etc., como primer plato o como guarnición de los segundos.

Contiene un alto porcentaje de agua (75%- 80%), su materia seca está constituida por almidones, azúcares y proteínas (aporte bajo) y, además, contiene sustancias minerales tales como el Potasio y el Magnesio.

La práctica totalidad de las calorías que aporta se debe a sus glúcidos y, entre éstos, al almidón, que resulta muy digestible. La patata resulta así un buen soporte para otros ingredientes, sobre todo para las grasas, aunque siempre dependiendo de su preparación culinaria.

Una elección adecuada de la variedad de patata según su uso culinario, junto a una conservación adecuada en ambiente fresco y seco, le permitirán mantener todas sus cualidades nutritivas y organolépticas, convirtiéndola en un alimento excepcional y económico.

Calorias

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